¿Por qué no tenemos redes sociales?

¿Una empresa de management que no tiene redes sociales?

¡Vaya ejemplo!

Un@ puede preguntarse cómo seremos capaces de gestionar eficientemente las redes sociales de una empresa si nosotr@s mismos no tenemos capacidad para estar. ¡Somos una paradoja!.

La respuesta es simple, sabemos gestionar redes sociales y manejar comunidades pero no estamos dispuest@s a invertirles nuestro tiempo porque el retorno no nos compensa. Hemos seleccionado otras vías para llegar a nuestro target comercial que suponen menos esfuerzo y resultan más efectivas.

Este planteamiento que hacemos para nosotr@ mism@s lo hacemos siempre y también para el resto de nuestros clientes. Gestionamos las redes sociales de varias clínicas, zapaterías y tiendas de ropa online, restaurantes, escuelas, entidades públicas y estudios de arquitectura con un notable éxito de audiencia e interacción de los usuarios; sin embargo hemos recomendado a muchos otros clientes pasar olímpicamente de Facebook, Twitter e Instagram como canales de comunicación. Las razones son de peso y de sentido común…

 

¿A qué empresas recomendamos pasar de las redes sociales?

Nuestra experiencia nos dice que en algunos casos concretos, las redes sociales no aportarán un valor positivo a la empresa y su existencia acabará siendo meramente figurativa. Los casos más comunes son:

  • Pequeñas empresas del sector industrial o proveedores de servicios para otras empresas
  • Empresas del sector industrial con menos de 10 empleados
  • Empresas que venden productos, servicios o contenidos muy específicos que no van dirigidos al público general
  • Empresas incapaces de generar contenidos propios y cuya temática empresarial englobe un sector muy limitado
  • Empresas que no disponen de una persona interna con interés real por las redes y la comunicación de su empresa
  • Empresas con pocos recursos que cumplan alguna de las premisas anteriores

 

¿Qué podríamos publicar en Facebook y en Instagram?

Facebook, la que fue red social por excelencia, actualmente esta siendo fagocitada por Instagram, quizás por ser Instagram una red más alegre e interactiva y no estar (a día de hoy) tan contaminada de fakes y negatividad.

Ambas redes sociales comparten muchos puntos en común (incluido el propietario, el todopoderoso Mark Zuckerberg) aunque su mayor divergencia es la incapacidad de Instagram para republicar contenido ajeno. Es decir,  Instagram está planteada para publicar contenido propio y en Facebook puedes compartir fácilmente lo de los demás. A cambio Instagram se hace valer de los hastags# y las arrobas@ para referir a terceros, pero siempre bajo la premisa de la subida de un contenido personal.

Visto esto, uno de los puntos claves a la hora de pensar en la apertura y gestión de redes como Facebook e Instagram es plantearse si la empresa tiene capacidad de generar contenidos propios. Si la respuesta es sí, la siguiente pregunta es si este contenido interesa a un público general, a un target amplio o a un sector muy específico y, cualquiera que sea la respuesta a las anteriores, la siguiente pregunta es si esta audiencia podría ser nuestro target comercial (comprador de nuestro producto/servicio). Si la respuesta es no igual deberíamos replantearnos el asunto.

 

Publicación en redes de artículos y noticias (blog)

En nuestro caso concreto, en Marabelia, tenemos capacidad de generar contenido propio. Prueba de ello es nuestro blog que recibe cientos de visitas diarias pero quién lee nuestro blog? Es nuestro target comercial? 

La respuesta claramente es no, salvo raras excepciones. Nuestras entradas del blog más leídas tienen un enfoque muy técnico, hablamos de CSS, de WordPress, de SEO desde un punto de vista técnico o experimental.. Hablamos de temas que interesan principalmente a l@s que son como nosotr@s, es decir, a nuestra competencia, a los que nos pueden copiar, los que pueden aprender y, al mismo tiempo, los que nunca nos van a contratar.

Nuestro blog está escrito con una finalidad filantrópica: queremos enseñar a los demás lo que a nosotr@s nos costó tanto aprender, pero no queremos, ni podemos, venderle nada a nuestro comprador potencial, para eso ya tenemos el resto de nuestra web….

¿Qué sentido tendría publicar nuestro blog en las redes sociales? Básicamente nuestro Facebook (o Instagram) se convertiría en un recipiente de los artículos del blog, no habría apenas interacción y nuestro perfil sería técnico y figurativo, de perfil bajo. Un despropósito.

 

Publicación en redes de nuestros productos y servicios (Marketing puro)

Es cierto que, además de los artículos del blog, existen muchos otros contenidos con los que podemos nutrir las redes, por ejemplo, nuestro portfolio. Cada nuevo proyecto finalizado es una oportunidad para dar a conocer nuestro talento en las redes, es una forma de dinamizar aportando valor con contenido propio y blablabla ..

¿A quién le interesa? Siendo franc@s, hemos vivido la experiencia… Partimos de la base de que nuestros seguidores son A) Amigos, colaboradores y conocidos, B) Clientes con los que ya hemos trabajado y C) Un pequeño grupo de clientes potenciales que llegaron rebotando de quién sabe dónde nos recomendaron y que, por alguna intrépida razón, le dieron al me gusta y que, por la misma intrépida razón, debieron visitar nuestro portfolio web y saben perfectamente cómo trabajamos. 

Quizás publicando persuasivamente nuestros trabajos logremos recordar al cliente potencial (C) que existimos. Quizás el cliente potencial (C) nos hubiera olvidado y al ver nuestra última web encienda su piloto y decida que quiere hacer algo con nosotr@s;  o tal vez un amigo/conocido (A) comparta nuestro último trabajo y llegue hasta otro potencial (C) que estaría interesado en contratarnos y em ejem… ¡Va a ser que no!

De entre todas las variantes paramétricas que pueden dar a conocer o convencer, ninguna se realiza en un formato convencional para un público desinteresado. Es decir, publicar un trabajo o producto por precioso que sea no es suficiente para despertar el interés de mi follower a no ser que mi follower ya estuviera previamente interesado en contratar(me). Por otra parte ningún contenido va a despertar el interés de mi público general, a no ser que tenga algo de excepcional, de tendencia, polémico o emocional. Y el portfolio de trabajos, por regla general, no tiene nada de lo anterior.

 

Publicación de la vida personal en redes sociales: El día a día del Instagramer o Facebooker

Hemos llegado al momento más interesante de este artículo. Habéis leído el párrafo anterior donde decía que «ningún contenido va a despertar el interés de mi público general, a no ser que tenga algo de excepcional, de tendencia, polémico o emocional….» pues esto es precisamente todo lo que puede contener nuestro día a día. La exposición de la vida personal funciona y además es lo que mejor funciona.  

CuandoMarabelia tenía Facebook y queríamos subirnos nuestro Social Media Ego, no teníamos más que publicar una foto del team Marabelia haciendo cualquier cosa da igual la que fuera y pam! decenas de likes. Éxito inmediato. Otros ejemplos vividos:

  • Dejamos nuestra opinión sobre un tema de tendencia y polémico, por ejemplo, la conciliación familiar y las dificultades de las mujeres empresarias en la sociedad. 50 comentarios. Éxito inmediato.
  • Una fotografía de los mellizos recién nacidos de Isabel. 200 me gusta. Éxito inmediato.

Así sí da gusto publicar en un red social. Es una lástima que en Marabelia no seamos proclives a la exposición pública porque apuntábamos maneras para ser influencers del cooperativismo. 😛

Quitándole broma al asunto, lo cierto es que esta pasión por la exposición pública tiene que nacer de los propios protagonistas. No puede ser una impostura. Esta es el alma del Instagramer que ha repuntado esta red social. Una persona dispuesta a parar su rutina para plasmar ese momento fugaz y compartirlo con alegría y soltura, como un momento único y excepcional. Y, como decíamos, en Marabelia no estamos hech@s de esta pasta. Vivimos tan enfrascad@s en nuestro trabajo que vemos a l@s influencers como mer@s herramientas potenciales de marketing,  por otra parte, somos poco narcisistas y nunca salimos bien en las fotos.

Finalmente descartamos particularmente Instagram por no vernos en la necesidad de exponernos para generar ese contenido que espera nuestra audiencia.

 

¿Qué pasa con Twitter?

Caso aparte, Twitter, otra red que se está yendo al carajo. Si para ser instagramer de éxito hay que estar hecho de una pasta especial, para ser twittero la pasta debe cuajarse en una hormigonera.

Metáforas aparte, esta red social tiene una idiosincrasia única. Aunque para muchos community managers esto se mantenga con la automatización de contenidos desde Facebook hasta Twitter, lo cierto es que así no tiene sentido y pasa a ser otra red social muerta. Si no interesa, no funciona y si no funciona está muerta.

¿Qué vende en Twitter? Unos pocos caracteres, casi siempre sin imagen. En Twitter vende algo tan etéreo como efímero: la polémica. En Twitter funciona el ingenio y el dominio de esta red social. Twitter no está recomendado para empresas que quieren meterse en jardines con rosas (porque las rosas pinchan)  y tampoco está recomendado para empresas que no están dispuestas a prestarle demasiada atención a Twitter.

Twitter está bien si hay un gestor de comunicación en la empresa aficionado a Twitter que esté dispuesto a convertir esta red social en el canal de comunicación predilecto de la empresa en cuestión, ofreciendo un servicio de preguntas y respuestas público e inmediato. Va bien para medianas y grandes empresas, sobre todo de servicios y va mejor que bien para instituciones públicas que quieran dar una atención al público de calidad a través de redes.

Por contra, Twitter, es el paraíso de los trolls, que campan a sus anchas, haciendo de las suyas. El total anonimato detrás del nick, es una área de libertad extrema donde cualquiera sin saber quién ni de dónde, puede ponerte a caer de un burro por la primera nimiedad fuera de línea que Twittees.

Demasiado riesgo para poco retorno. En nuestra cooperativa nunca nos planteamos twittear nada en particular. Fue nuestro primer social descarte.

 

¿Y Youtube?

Definitivamente sí. Esta es nuestra red social. Podemos publicar nuestros videotutoriales que serán de bastante provecho para nuestros clientes y también podemos seguir con la trayectoria que iniciamos en nuestro blog: publicar contenidos técnicos y continuar nuestra labor filantrópica.

Youtube es la red social que podríamos recomendar a casi cualquier empresa porque no requiere estar permanentemente viva. Un vídeo es suficiente razón para tener un canal en Youtube. Y un buen vídeo corporativo de empresa o producto siempre es un valor añadido para una página web, una muestra viva de nuestro trabajo para un cliente y un excelente elemento para el posicionamiento online.

Ser Youtuber de éxito (conseguir un canal con miles de suscriptores) ya es otra cosa… pero de esto os hablaremos en otro capítulo.

 

En general, esta es la verdad que casi ningún community manager te va a contar…

Conseguir el éxito en una red social es algo casi tan complejo como conseguir el éxito en la empresa (aunque no es una regla directamente proporcional). Cualquiera que sea tu negocio (aunque cumplas todas las premisas para necesitar tus redes sociales) va a encontrarse con unas tremendas dificultades para calar en el público social media. Si existiera una receta infalible para convertirse en tendencia o influencer y tener miles de seguidores, si existiera… la fórmula se vendería a precio de oro. En general, cualquier red social apta para triunfar necesita de tiempo, mucho esfuerzo y una caña para calar. Este tiempo y este esfuerzo se traduce en inversión, en tiempo propio o en dinero para que otros inviertan ese tiempo y ese esfuerzo.

Las campañas de Facebook e Instagram ADS bien gestionadas ayudan y mucho. Si además de vender productos interesantes, generas contenidos interesantes y te enfocas en un público interesante reforzando con campañas pagadas a Facebook e Instagram puedes empezar a construir una red social interesante… Aún con todo, la paciencia es fundamental. Los seguidores no van a llegar a miles a no ser que los compres, y el público en general ya no es lo que era… la tesitura actual es un mercado saturado con redes sociales y un público que empieza a estar cansado del más de lo mismo. Para ganarse la confianza y la fidelidad de un target hay que encontrar un resquicio potencial y trabajar muy duro, con creatividad y pasión.

Por otra parte, aunque en los tiempos que corren parezca que tener redes sociales para una empresa es absolutamente necesario, lo cierto es que no. Existe un «lobby» del social management muy interesado en hacernos creer lo contrario, pero la triste realidad que se refleja es que una red social muerta (sin seguidores, sin publicaciones o sin interacciones), es absolutamente negativa para la imagen de marca y para la reputación digital. Lo cierto es que es mejor no tenerla. Es mejor vivir sin huella digital que tener una huella negativa. Esa es la verdad. La verdad que un community interesado en capturarte no te a va a vender pero que una empresa con valores sociales como la que pretendemos gestionar nosotras podría exponerte si fuera el caso.

 

Yo no sé si mi empresa necesita redes sociales

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